Cómo elegir los primeros zapatos del niño
Cuando ya se prepara para caminar, surge la necesidad de elegir unos buenos primeros zapatos del niño.
Cuando se acerca el primer año de vida, el niño ya ha encontrado su manera de desplazarse, ya sea gateando, parándose o bien dando algunos pasitos. Cuando ya se prepara para caminar, surge la necesidad de elegir unos buenos primeros zapatos del niño que le permitan seguir explorando.
Antes del primer año de vida, el único objetivo de los zapatos del niño es la protección contra las lesiones y el frío. Una vez que tu bebé empiece a caminar, preferirá caminar descalzo porque le da mejor sentido de dónde están sus pies y le permite usar sus dedos para equilibrarse.
Luego será el momento de elegir los primeros zapatos del niño adecuados para su edad y tamaño. La elección de los primeros zapatos del niño es muy importante ya que el pie está formado por cartílagos hasta el año y medio y es muy vulnerable a las presiones de los zapatos del niño. Es así como una elección incorrecta puede generar deformaciones y posteriores patologías en el pie de bebé. Un buen par de zapatos del niño deben afirmar el talón del niño y ayudar en la formación del arco de la planta del pie.
También debe ser cómodo, más ancho en la zona de los dedos para permitir el movimiento natural de la caminata. El tamaño correcto se determina al probar los zapatos al niño: debe caber un dedo entre el talón y el zapato. Luego, con la práctica, la mayoría de los papás conocen si un zapato queda bien o no al bebé.
Recomendaciones:
Se recomienda comprar los zapatos del niño por la tarde porque a los niños se les hinchan los pies, así no le quedará chico el zapato.
Revise el ajuste del zapato de pie y aplicando peso a los zapatos.
Los zapatos del niño deberán ser aproximadamente media pulgada (el ancho de un dedo índice) más largo que el dedo gordo.
El ancho de los zapatos del niño es correcto si usted puede pellizcar una parte pequeña del zapato en la parte más ancha del pie.
El talón debe ser recto y medir hasta 15 mm, para proteger los tobillos.
La máxima flexibilidad deberá ser donde se dobla el pie y no en medio del zapato.
La suela del zapato debe tener un antideslizante para que no se resbale. No se requiere de una plantilla con relleno, pues impide el desarrollo normal de la planta del pie.
El área del talón deberá ser lo suficientemente ajustada para evitar que el zapato se mueva hacia arriba y abajo al caminar.
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