Cuidado del bebé: una boca sana
La higiene bucal es un proceso importante que debe iniciarse aún antes de que salgan sus dientecitos, pues pueden desarrollarse gérmenes y bacterias que afecten la salud de tu bebé.
Otra preocupación sobre el cuidado del bebé es la boca. Existen medidas de higiene dental que es bueno comenzar antes de la erupción dentaria, ya que, si bien a esas alturas no existe placa bacteriana, sí se desarrollan gérmenes y bacterias en la boca del bebé.
La placa bacteriana necesita adherirse a los dientes del bebé para desarrollarse. Así, sólo en la medida que aparezcan los primeros dientes, la boca del bebé comenzará a poblarse de su propia placa bacteriana.
Así, cerca de los cinco meses de edad, es bueno limpiar las encías del bebé con agua y dedales de silicona especiales para estos fines. También se puede limpiar la boca del bebé envolviendo el dedo con una gasa remojada en agua. Luego, cuando aparece el primer diente, (a partir de los seis meses, aproximadamente), en la boca del bebé comienza a desarrollarse la placa bacteriana, que está compuesta de microorganismos y proteínas propias de cada persona, por lo que es importante no transmitirlos de otras personas a los bebés. Así, es recomendable como medida de cuidado del bebé evitar chupar su chupete, cucharas o darles besos en la boca.
Durante esta etapa importante del cuidado del bebé se puede comenzar el cepillado sin pasta de dientes con escobillas dentales especiales para bebés o continuar con la gasa o el dedal. Luego, durante el primer año, es bueno llevar al niño a su primer control con el dentista, y ya a los tres años, es esperable que el niño sea capaz de cepillarse solo, bajo la supervisión de un adulto. A partir de los cuatro años, pueden comenzar a cepillarse con pasta dental.
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